La habré disfrutado
unas doscientas veces (no exagero), y
las que quedan.
Pues cada vez que la
veo (atención spoiler), siempre creo que el personaje de Steve Mcqueen logrará
saltar la valla de la frontera con Suiza.
¿Por qué lo sigo
creyendo ciegamente a pesar de haberla visto en tantísimas ocasiones?
Hay dos motivos.
Uno, obvio, es que se
trata de una película extraordinaria.
El otro motivo es
porque, ante una meta tan imposible como
es saltar esa alambrada, el teniente Virgil Hilts no pierde la
esperanza. Aunque sea una locura, aunque tenga todos los elementos en contra,
como los tiene, lo intentará.
Y entonces es cuando
me doy cuenta de que yo soy el teniente Virgil HIlts; que él vive en mí y yo en
él. Que yo no pierdo nunca la esperanza y que lo seguiré intentando hasta el último
de mis días.
Nota aclaratoria: la alambrada
simboliza, en mi caso, a las editoriales.
Me pasa lo mismo!...siempre pienso "esta vez sí", como si a fuerza de estrellarse contra la valla tantas veces como he visto la película, ya no pudiera quedar valla
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