viernes, 25 de agosto de 2017



Machado
Cuando tu ideología política te fanatiza entras en una metamorfosis de embrutecimiento y estupidez. Desde luego, hay ideologías políticas que ya nacen fanatizadas, pero la mayoría no. Sin embargo, eso no les exime de poder embrutecerse, porque hay que perder realmente el sentido de la decencia, de la coherencia y de la memoria histórica para pretender quitar el nombre de Antonio Machado de una plaza acusándole de pseudocultura franquista. Pero esperad, porque según el informe que encargó el ayuntamiento de Sabadell para sustituir los nombres de sus calles, en la lista entran Quevedo, Góngora, Espronceda, Goya, el Dos de Mayo y unos cuantos más. Todos formando parte de un modelo pseudocultural franquista. Un informe pagado con dinero público.
Algo más tarde, y ante las lógicas reacciones de repulsa de los que aun conservamos el sentido común, (más de los que imaginaba el redactor de ese informe) el alcalde de Sabadell nos ha anunciado que “Machado se queda”. Oh, gracias, su ilustrísima, por concedernos tan magnánimo perdón. Cuán ecuánime es usted, alabado sea el Señor.
Cuando una ideología  democrática se fanatiza, idiotiza a todo al que toca, incluido cargos públicos.
Ya lo decía Schiller, “contra la estupidez los propios dioses luchan en vano”

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