domingo, 26 de marzo de 2017



He terminado la primera versión de la novela de ciencia ficción que estoy escribiendo. 121.000 palabras en tres meses y medio. Ritmo frenético al que no  estoy acostumbrado, pero buen indicador de la ilusión irrefrenable con la que lo he escrito. Ahora, un par de semanas en reposo y, luego, a pulir. Tres meses puliendo. Es lo que más me gusta del proceso de escritura de una novela. Me lo paso pipa. Lo voy a pulir tanto que me va a pasar lo mismo que a Miguel Ángel con su Moisés. Cuando lo terminó cogió el martillo, golpeó con fuerza a la estatua en la rodilla y le dijo: ¡Ahora, habla!

No hay comentarios:

Publicar un comentario