jueves, 15 de diciembre de 2016



Cuando cuido el patio del colegio suele venir algún niño o niña de seis años con la misma pregunta. Me miran extrañados, como si yo estuviera desenfocado y ellos trataran con sus ojos de mejorar la nitidez de la imagen, y entonces dicen: ¿por qué tienes el pelo blanco?
Aquí es donde pongo en marcha mi imaginación diciéndoles uno y mil argumentos, tales como que se me derramó la harina en la cabeza mientras hacía un pastel, que había estado pintando y el cubo me cayó encima, o que en la otra zona del colegio había estado nevando…Cualquier cosa menos hablarles del inexorable paso del tiempo. Ya lo descubrirán más adelante, cuando toque. Y por lo general me creen, aunque siempre hay alguno que aprieta los ojos desconfiado.

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