sábado, 30 de junio de 2018


Si te deja tu novia, te jodes.
Lo decía La Unión, en su amor fugaz.
Yo diría, si te deja tu novia, te jodes, y punto.
Pero no hay punto.
Hay más.
No se acaba.
Hay insultos, hay amenazas, hay violencia, hay asesinatos.
Trato de entenderlo. No quiero quedarme en que son unos hijos de puta. Eso ya lo sabemos. Quiero entender un comportamiento que me desborda.
Por supuesto, la clave está en el machismo y su concepto de la mujer como propiedad, y la solución es la educación en la igualdad.
Pero no es suficiente. Es la base, pero no es suficiente.
Esta debe de ser acompañada por una educación que enseñe a los hombres, desde que son niños, a gestionar los fracasos.
La mujer ha sido educada en la sociedad machista para que obedezca, para que sea cuidada por el hombre. Se da por hecho que la mujer va a cometer errores, pero ahí están los hombres para enmendarlos y conducir a sus parejas por el buen camino.
La mujer en el mundo occidental, está logrando, poco a poco, sacudirse toda esa mierda y andar sola sin la ayuda de nadie. Cae y se levanta. Eso la está haciendo más fuerte y segura, lo que acojona a los hombres que no evolucionan, que siguen pensando que son el sexo dominante, que no admiten un fracaso porque la sociedad les educó para que no fracasaran. No serían hombres si lo hicieran.
No los estoy excusando, trato de entender toda esta basura del machismo que nos han metido en la cabeza desde pequeños. Los hombres, en muchas ocasiones, nos hundimos ante los contratiempos. Algunos reaccionan de forma violenta ante un fracaso que no pueden ni quieren asumir, desde algo tan trivial como que su equipo pierda un partido (ya veis lo violentos que se ponen algunos) hasta el asesinato de su pareja cuando la relación se acaba. ¿Cómo es posible que se termine la relación y no sea él quien la haya dado por terminada?, ¿cómo quedará ante su familia, ante sus amigos, ante la sociedad que le ha vendido que tiene que tener éxito en todo y no le ha explicado lo que pasa cuando se fracasa?
Todos debemos educar para que los niños afronten que en la vida hay obstáculos y que los fracasos forman parte de ella y que tras un fracaso, nos levantamos hasta que volvemos a fracasar y nos volvemos a levantar, y así hasta el día de nuestra muerte. Basta ya de quitarles las piedras del camino, basta ya de tanto campeón y de tienes que cuidar a tu hermana y de los niños no lloran y de tanto consentimiento. Tenemos que hacerlo para que cuando llegue el momento entiendan que si te deja tu novia, te jodes. Y punto.

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