viernes, 8 de junio de 2018


Una moción de censura es un acto democrático.
Probablemente, el acto que más representa el concepto original de Rousseau sobre la Soberanía Nacional: la potestad del pueblo, en este caso el Parlamento, de sustituir, echar, suplantar, destituir al gobernante que lo haga mal.
Y eso es, exactamente, lo que ha sucedido.
Leo a mucha gente reclamar, incluido a miembros del PP, que es Rajoy el presidente que ha sido elegido por el pueblo. Es curioso cómo se les llena la boca de “Pueblo” a los del PP cuando les interesa. El caso es que no es el pueblo quien ha elegido a Rajoy. El pueblo, en las elecciones, no elige al presidente sino a los diputados que, luego, elegirán al presidente en el Parlamento.
Esto es así por la sencilla razón de que España es una democracia representativa,  no es una democracia directa.
Ojalá lo fuera, pero no lo es.
Nosotros, ese Pueblo que tanto mencionan los políticos, no decidimos más que el día de las elecciones y punto. Luego nos vamos a casa y pasamos del tema hasta las próximas elecciones. Mientras, los diputados decidirán y votarán las leyes por las que no nos vamos a interesar durante la legislatura.
A raíz de la moción de censura realizada por Pedro Sánchez vengo escuchando y leyendo algo que me entristece muchísimo,  y es ver a tanta gente trabajadora, a miembros de la clase obrera, defendiendo al Partido Popular.
Cada uno es libre de creer y pensar en lo que quiera, pero, a mi entender, sería ideal que se hiciera dentro de una coherencia. No es coherente defender a los responsables de que tu calidad de vida haya bajado, de que tu sueldo haya bajado, de que no llegues a fin de mes, de que te recorten derechos, de que falten médicos y servicios en la sanidad pública, de que peligren las pensiones, de que mucha gente viva en la precariedad, de rescates bancarios con dinero público, de que la burbuja inmobiliaria vuelva a inflarse,  de que hayan robado tantísimo dinero público en tantos casos de corrupción. No es coherente que tanta gente (un 17% con ingresos de menos de 600 euros al mes)  siga creyendo, después de seis años, que eso es herencia de gobiernos anteriores.
Es por eso que cuando gobierna la derecha en este país la educación es la primera en caer en sus zarpas, con sus recortes y con un sistema educativo que no fomenta el criterio propio. No le interesa que se piense, que se analice y reflexione.
En una democracia es absolutamente imprescindible que todos tengamos educación política. Ya que nuestra democracia no es directa, hagamos lo posible por informarnos de lo que hacen y no hacen nuestros políticos. Esos que nos representan, esos que eligen al presidente del gobierno tras las elecciones o en una moción de censura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario