Una moción de
censura es un acto democrático.
Probablemente,
el acto que más representa el concepto original de Rousseau sobre la Soberanía
Nacional: la potestad del pueblo, en este caso el Parlamento, de sustituir,
echar, suplantar, destituir al gobernante que lo haga mal.
Y eso es,
exactamente, lo que ha sucedido.
Leo a mucha
gente reclamar, incluido a miembros del PP, que es Rajoy el presidente que ha
sido elegido por el pueblo. Es curioso cómo se les llena la boca de “Pueblo” a
los del PP cuando les interesa. El caso es que no es el pueblo quien ha elegido
a Rajoy. El pueblo, en las elecciones, no elige al presidente sino a los
diputados que, luego, elegirán al presidente en el Parlamento.
Esto es así por
la sencilla razón de que España es una democracia representativa, no es una democracia directa.
Ojalá lo fuera,
pero no lo es.
Nosotros, ese
Pueblo que tanto mencionan los políticos, no decidimos más que el día de las
elecciones y punto. Luego nos vamos a casa y pasamos del tema hasta las
próximas elecciones. Mientras, los diputados decidirán y votarán las leyes por
las que no nos vamos a interesar durante la legislatura.
A raíz de la
moción de censura realizada por Pedro Sánchez vengo escuchando y leyendo algo
que me entristece muchísimo, y es ver a
tanta gente trabajadora, a miembros de la clase obrera, defendiendo al Partido
Popular.
Cada uno es
libre de creer y pensar en lo que quiera, pero, a mi entender, sería ideal que
se hiciera dentro de una coherencia. No es coherente defender a los
responsables de que tu calidad de vida haya bajado, de que tu sueldo haya
bajado, de que no llegues a fin de mes, de que te recorten derechos, de que
falten médicos y servicios en la sanidad pública, de que peligren las
pensiones, de que mucha gente viva en la precariedad, de rescates bancarios con
dinero público, de que la burbuja inmobiliaria vuelva a inflarse, de que hayan robado tantísimo dinero público
en tantos casos de corrupción. No es coherente que tanta gente (un 17% con
ingresos de menos de 600 euros al mes) siga creyendo, después de seis años, que eso
es herencia de gobiernos anteriores.
Es por eso que
cuando gobierna la derecha en este país la educación es la primera en caer en
sus zarpas, con sus recortes y con un sistema educativo que no fomenta el
criterio propio. No le interesa que se piense, que se analice y reflexione.
En una
democracia es absolutamente imprescindible que todos tengamos educación
política. Ya que nuestra democracia no es directa, hagamos lo posible por
informarnos de lo que hacen y no hacen nuestros políticos. Esos que nos
representan, esos que eligen al presidente del gobierno tras las elecciones o
en una moción de censura.
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