En Estados
Unidos una profesora de primaria preguntó a sus alumnos de ocho años qué
invento reciente les gustaría que no se hubiera inventado. Uno de los niños
escribió que el móvil, añadiendo que ojalá su madre nunca se lo hubiera comprado
y que odiaba esa aparato.
Un niño de ocho
años odiando.
La profesora
subió la redacción a la red y esta se hizo inmediatamente viral, compartiéndose
decenas de miles de veces.
Lo he dicho más
de una vez y no me cansaré de decirlo: no estamos siendo muy consciente de las
consecuencias de nuestro enganche al móvil.
En un debate que
se produjo en las escuelas a raíz de esta redacción la mayoría de los alumnos
afirmaba que sus padres estaban más tiempo en el Facebook que con ellos.
Nuestras
adicciones a las redes sociales marcarán a fuego el desarrollo afectivo de las
nuevas generaciones y estas las transmitirán a sus semejantes.
Hay quien no le
da mayor importancia al tema. Está demasiado ocupado con su móvil para dársela.
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