Después del accidente,
Lucía había quedado en coma. Con tan solo doce años, los médicos la
desahuciaron. Dependía de sus padres su desconexión. Se negaron, por supuesto,
agarrándose a cualquier esperanza, incluso a la divina. Los días dieron paso a
las semanas y estas a los meses. Cada noche, uno de los dos permanecía en vela
en la habitación leyendo en voz alta. Lucía era una lectora empedernida, de
esas que necesita imperiosamente la sociedad para que corrija su rumbo. Le
leyeron sus libros preferidos y cuando estos se terminaron, los que no releía
con tanta frecuencia.
Un día, después de más
de un año sin ningún tipo de cambio, el padre se percató de que ya solo quedaba
un libro por leerle de su inmensa biblioteca. No recordaba habérselo visto leer
nunca. Llevaba por título “Lo importante es el final”. Empezó a leerlo en la
penumbra de la habitación del hospital. El misterio y las sorpresas se
combinaban con ágiles giros argumentales, pero, a pesar de tan sanos ingredientes
para la lectura, su padre se derrumbó. No podía más. Comenzó a llorar
comprendiendo que su hija jamás despertaría. Cerró el libro a pocas páginas de
terminar y volvió a casa para discutirlo con su mujer.
Por la mañana el
teléfono rompió el duro silencio de su hogar. Llamaban del hospital; Lucía
había despertado. Incrédulos y rebosantes de alegría llegaron a su habitación
para verla tal y como la habían visto todo este tiempo. El doctor, que
contemplaba a Lucía como si de un objeto inalcanzable para la ciencia se
tratara, les hizo entrar.
-Pero doctor, ¿no nos dijo que
había despertado?- preguntó el padre al borde de la indignación.
El doctor sonrió con dulzura.
-Y así ha sido. Ahora tan solo
duerme; es normal debido a su estado de debilidad.
-Pero, ¿cómo es posible?-
preguntó la madre entre lágrimas- Nos dijeron que nunca…
El médico nada dijo. Se limitó a
coger el libro que había sobre la mesilla de noche.
-¿Este libro es suyo?
-Sí- contestó el padre sin
comprender-. Se lo estaba leyendo anoche.
-Pues su hija se ha despertado
por el libro. Me ha dicho que quería saber el final.
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