Lista de sueños que me
quedan por cumplir:
Ser padre, a ser
posible de una o varias niñas. Gemelas o mellizas, así viene todo de golpe y
escribo un libro sobre ello al puro estilo Samanta Villar.
Conocer a Michael Dios
Caine.
Ir de crucero, pero
sin excursiones. Solos el barco, yo y el bufet.
Hacer surf, pero solo
para tocar la pared de la ola cuando esté dentro del tubo y decir “toma, la
toqué”. Luego lo dejo.
Tocar la batería, no
la del móvil, sino la musical, a ser posible de jazz. A ver, no nivel Buddy
Rich, sino saber defenderme y poder vengarme de mi vecino el del reggaetón.
Ser políglota, al
menos cuatro idiomas aparte del mío. Ya llevo uno, un medio y otro medio, pero
me gusta decir que son tres.
Guionista de cine, y
ahorrarme así las descripciones propias de un escritor. Cómo sufro con ellas.
Director de cine, pero
no para dirigir mis propios guiones sino los de otros, que seguro serán
mejores.
Bailarín de claqué. En
serio. Nivel Fred Astaire, a ser posible y si no, pues me conformaría con Ryan
Goslin en “La ciudad de las estrellas” Ya sé, es poco conformarme.
Lista de lo que ya es
imposible
Jugador de futbol
profesional y meterle cinco goles al Madrid. Cinco. Lo recreo en mi cabeza
todas las noches antes de dormirme. Sustituye a contar ovejas.
Lista de lo que soy
hasta ahora y que no cambio por nada.
Amado. Gracias, mi
vida.
Profesor. Gracias,
alumnos.
Escritor, a pesar de
las jodidas descripciones. Gracias, lectores.
Perseguidor de seños.
Gracias, mamá.
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