El 6 de mayo de 2009 me sucedió una de las
anécdotas más simpáticas de mi vida. Me viene una sonrisa en cuanto la
recuerdo. Eran las semifinales de la Champions. Chelsea- Barcelona. Dado que yo
no tenía Canal Plus, un amigo me invitó a ver el partido en su casa. Lo pasamos
fatal porque el Barça fue perdiendo durante casi todo el encuentro. Hasta que
llegó ese milagro, esa obra de arte que fue el gol de Iniesta casi en el último
suspiro. Mi amigo y yo estallamos como auténticos posesos, como si estuviéramos
en el terreno de juego. Por supuesto, acabamos abrazados y en el suelo uno
encima del otro sin parar de gritar. Su mujer apareció por las escaleras
preguntando por semejante escándalo y nos vio así. Nos callamos y fue
inevitable. Mi amigo dijo: “cariño, esto no es lo que parece”. Memorable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario