Me meto en la cabeza de un niño de diez años que esté viendo en la tele un programa de ¿debate? futbolero: "vaya, así que esto es madurar; pues no le veo gran diferencia"
La mayor parte de las revueltas, motines, revoluciones, guerras de independencia, guerras civiles y guerras mundiales han comenzado en verano; de ahí que se haya inventado el aire acondicionado.
Siempre quise ser lo que tú fuiste.
Siempre quisiste ser lo que fui yo.
Está claro que alguien repartió mal las cartas.
domingo, 29 de noviembre de 2015
jueves, 26 de noviembre de 2015
EL CANDIDATO PERFECTO (relato)
El candidato perfecto (relato sobre la sangre fría)
Roberto abre los ojos
a una nueva mañana; de inmediato, su instinto le avisa sobre cierto ruido que
no ha cumplido su misión, o quizás sí y haya sido él y su resaca quienes hayan
fallado. Coge el móvil de la mesilla de la noche y cerciora el dato que intuía.
Cierra los ojos por un instante, el tiempo justo para lamentarlo y reponerse.
Se incorpora apoyando la espalda en el cabecero de la cama. Su dedo índice
recorre con calma el listín de su móvil. Encuentra el número deseado y lo
marca. Carraspea sin dramatismo. Espera el tono volcando su mirada hacia el
techo. A ver cuándo se acuerda de pintarlo. Descuelgan.
-Comunicaciones internacionales,
buenos días, le atiende María.
-Buenos días, María, soy Roberto
Lozano, hoy he sido citado para una entrevista de trabajo con Jorge Vallejo.
-Ah, sí, a las diez y media.
-Verás, María, he tenido un
pequeño accidente casero, y es que estoy atrapado.
Su voz suena sin atisbo de
dudas, segura, con la entonación adecuada, sin sobreactuar.
-¿Atrapado?
-Sí, la puerta del garaje no
abre, está atascada o algo así- dice mientras golpea la mesilla de noche
imaginando la puerta de un garaje que no tiene-. No puedo salir con el coche.
He pedido un taxi, pero les llamaba para avisar que llegaré algo tarde y
pedirles disculpas.
-No se preocupe, Roberto- dice
María animada por la iniciativa del candidato- Se lo comunicaré a don Jorge. ¿A
las once y media le parece bien?
-Oh, sí, muy bien y perdona de
nuevo.
-No se preocupe. Hasta ahora.
-Adiós, gracias.
Roberto comprueba que desde el
otro lado han colgado y devuelve el móvil a la mesilla de noche. Se rasca la
cabeza y se levanta con pausa. Se estira y camina hacia el servicio. La ducha
caliente le repone las neuronas caídas en combate la noche anterior. Saborea el
desayuno, como lo hace siempre. Se viste con su mejor traje y sale de casa.
Hace un buen día para pasear, y caminando se dirige a su entrevista de trabajo.
Tiene tiempo.
sábado, 21 de noviembre de 2015
Pensando en positivo
He decidido darle la vuelta y verlo desde un punto de vista positivo. ¿El qué? mis ganancias con mi novela "Clara dice". Irrisorias, pero no porque no se venda, sino por el porcentaje que me corresponde con la venta, un 5%. Sí, lo habéis leído bien, pero, por si acaso, lo pongo otra vez: un 5%. En cifras me da para un par de cenas, quizás tres. Desde julio del 2014 a julio del 2015 (las cuentas me llegaron hace poco) se vendieron un total de 251 unidades, entre electrónico y papel. Pues bien, voy a pensar en positivo. Estas cifras significan que cada 1,4 días alguien compraba la novela. Visto así, suena mucho mejor. Es más, desde que se editó en 2009, calculo que esta historia del comisario Trápaga está en unos 1300 hogares, puede que más, lo cual, la verdad, es que me alegra un montón.
jueves, 19 de noviembre de 2015
MENSAJE EN LA BOTELLA (relato)
Arturo
se encontró la botella en uno de sus muchos momentos frente al mar. Jubilado
hacía años, viudo y con dos hijos a los que veía de San Juan a Corpus, muchos
eran los días en los que su mejor ocupación consistía en pasear. “Ojalá sea de
esas en las que hay un mensaje”. Y lo había. Con gran ilusión, y algo de
torpeza, consiguió acceder al papel sin romper la botella. El papel, viejo y
gastado, estaba escrito con letra muy simple, como la de un niño, grande y
circular. La emoción con la que encaró el escrito se esfumó en cuanto empezó a
leerla. Sintió que se le venía el alma abajo y comenzó a llorar cada vez con
más intensidad. Era como si sus lágrimas hubieran estado esperando toda su vida
para salir en ese momento, tal era la fuerza y duración de su llanto. Tras
varios minutos en ese estado, cogió valor para volver a leer el mensaje en la
botella. “Por favor, que alguien ayude a mi mamá, y a mí y a mi hermana. Papá
es malo” y bajo esa escueta frase añadía la dirección en la que Arturo había
vivido desde que se casara.
domingo, 15 de noviembre de 2015
¿UN BUEN CURRÍCULUM?
Me llaman la atención estas palabras del siempre mordaz George Carlin
"No somos un buen trabajo. Si esto es lo mejor que pudo hacer
dios, pues no estoy impresionado. El ser humano no es algo que esperarías ver
en el currículum de un ser supremo, sino
en el de un auxiliar administrativo con mala actitud"
jueves, 12 de noviembre de 2015
EL TÍO GUALDO (relato dedicado a la gran oruga blanca)
El tío gualdo era la bomba. No son mis palabras, sino las de mi hija.
El tío gualdo era un crack, añade mi hijo. Un santo, quiere intervenir mi
mujer. El tío gualdo era eso y mucho más. A pesar de todos nuestros problemas,
a pesar de la desgracia que cayó sobre nosotros, siempre consiguió hacernos
sonreír. Personas como él son necesarias en este mundo, y, sin embargo, no
abundan, no al menos que a mí me lo parezca. Ojalá hubiéramos conocido al tío
gualdo cuando estaba vivo, aunque él dice que entonces hubiéramos sufrido al
mayor bribón de la comarca, malhumorado y salvaje. La oveja descarriada de la
familia, hacía ya doscientos años. ¿Quién sabe por qué le caímos en gracia?
¿Qué extraño mecanismo se encendió en su corazón para querernos de ese modo? Por
supuesto, habitaba nuestra casa desde mucho antes que nosotros y ahí sigue,
años después de nuestra marcha forzosa. También a nuestro desahucio acudieron
las cámaras, pero el banco fue igual de inclemente. Antes de que entrara la
policía, los cuatro echamos una última mirada a la casa. Ahí estaba el tío
gualdo, sonriéndonos con orgullo. Vimos en su mirada que se mantendría fiel a
su promesa: nadie habitaría su morada salvo nosotros. Y así sigue la casa,
deshabitada después de tres compradores que no le pudieron soportar; ahí sigue
él, mirando por la ventana, aguardando a que mis hijos pasen delante de la casa
a la salida del colegio y puedan saludarse; ahí sigue, esperando a que podamos
recuperarnos de la crisis y compremos de nuevo la casa.
sábado, 7 de noviembre de 2015
Os
presento a mis vigilantes literarios. Los tengo a ambos lados del ordenador y
vigilan mi calidad literaria al escribir. El de la izquierda es Victor Hugo,
que con su mirada furibunda me deja claro que no va a pasarme ni una. El de la
derecha no creo que necesite presentación. En cuanto le oigo cargar su escopeta
recortada (cosa que hace, por supuesto, con una sola mano) sé que debo de haber
cometido algún error y lo busco para corregirlo de inmediato. Formamos un buen
equipo.
jueves, 5 de noviembre de 2015
MINICRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
Él no sabe que yo lo
sé. Está frente a mí, saluda al público, que le adora. Su sonrisa de perlas les
cautiva. Me mira y cree estar viendo la seguridad que siempre le ofrezco. No
sabe que yo lo sé. Se concentra. El público, nuestro público, entiende que debe
guardar silencio. Se sienta en su trapecio y vuelve a mirarme. Se balancea. Yo
me balanceo en mi trapecio. Es nuestro número más arriesgado. Dará un triple
mortal esperando que mis robustas manos le atrapen, como hasta ahora. No hay
red.
domingo, 1 de noviembre de 2015
EL POLÍMATA
Thomas jefferson fue el tercer presidente de Los Estados Unidos. Aparte de este pequeño detalle, fue horticultor, arquitecto, arqueólogo, paleontólogo, músico, inventor y fundador de la Universidad de Virginia.
Cuando en 1962, el presidente Kennedy recibió en la Casa Blanca a 49 ganadores del premio Nobel, les dijo "creo que esta es la colección más extraordinario de talento y del saber humano que jamás se haya reunido en La Casa Blanca, con la posible excepción de cuando Thomas Jefferson cenaba solo"
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