Esto es el cementerio
de Pére Lachaise, en París. Muy famoso por la cantidad de personas iluestres
enterradas allí, sobre todo políticos y artistas en general. Tuve ocasión de
visitarlo hace poco. Era uno de mis sueños. ¿Visitar un cementerio puede ser un
sueño? Claro que sí, ¿por qué no? En mi caso, más que el cementerio en sí, era
la tumba de Oscar Wilde. Vamos, que si hubiera estado enterrado en Sebastopol
mi sueño hubiera sido visitar ese camposanto.
Sin embargo, Le Pére
Lachaise me resultó un lugar lleno de encanto, como si entraras en un mundo
distinto, paralelo. Lo sentí romántico, pero en su sentido más puro, más
trágico. Es hermoso y lleno de vida. Ya sé que es un poco contradictorio pero
esa fue mi sensación. Además, el día estaba gris y comenzó a llover. Así que
más romanticismo decimonónico imposible. De hecho, me refugié en una cripta
abierta. El cementerio es inabarcable. Se necesita más de un día para verlo
entero y encontrar a tus ilustres favoritos.
Tumba de Oscar Wilde |
La fotografía de la tumba de Óscar Wilde es mía. Las otras
son sacadas de internet. Fue un momento
especial para mí, un sueño cumplido. Estaba ante la sepultura del maestro de
maestros. Me alegró ver la cantidad de mensajes de cariño que le han ido
dejando los visitantes. También es verdad que hubo un tiempo en que su tumba
fue vejada, con lo que se constata que hay idiotas para todo.
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