La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos.
¿Sabéis de
cuándo es esta frase?
Pues es de 1791.
¿Sabéis quién la
dijo?
Esta pregunta es
más fácil pues supongo que no se os habrá ocurrido pensar que la dijo un
hombre.
En efecto, la
dijo una mujer. La escribió una mujer.
Olympe de
Gouges, francesa ella.
Veréis, es que
los revolucionarios franceses de 1789 redactaron una declaración muy chula de
derechos del hombre y del ciudadano, así en masculino. Se despistaron y no se
dieron cuenta de que la otra mitad de Francia estaba poblada por mujeres. Pero
debió de ser contagioso porque a los revolucionarios de Estados Unidos les
había pasado lo mismo con su declaración de derechos y, no solo se olvidaron de
las mujeres, sino que también, debe de ser que no cayeron en la cuenta, así,
sin mala intención, de que también había nativos y negros esclavos en aquellas
tierras. Un despiste lo tiene cualquiera.
Pues menos mal
que estaba Olympe de Gougues para avisarles el despiste y redactar ella misma
una declaración de derechos de la mujer y de la ciudadana, que si no, imaginaos
cómo hubieran sido de machistas los siguientes siglos.
En efecto, los
revolucionarios franceses se pasaron por donde ya os imagináis el documento de
Olympe, y el propio Robespierre se encargó de que la olvidáramos pronto al
ejecutarla en la guillotina por su defensa de los Girondinos y haberse opuesto
a la condena de muerte de Luis XVI.
Ay, estos
revolucionarios que luchan por la libertad de los pueblos. Que tiquis miquis
que eran, de verdad.
Olympe fue,
además, dramaturga, filósofa y firme defensora de la abolición de la esclavitud,
lo que le valió un buen número de enemigos
entre los nobles franceses que se forraban con el trabajo esclavo en sus
plantaciones coloniales.
La declaración
que escribió de los derechos de la mujer empezaba con la siguiente frase:
Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta
pregunta.
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