Sigo con mi campaña
navideña.
Los trenes perdidos es
una novela a la que le tengo un cariño inmenso pues la diseñé en el mismo
balneario de Aragón donde se desarrolla esta comedia coral plagada de
personajes variopintos que terminan entrecruzando sus destinos. Está ambientada
en la Segunda República y me siento especialmente orgulloso de habérsela
dedicado al gran José Sazatornil, pues me fue imposible concebir la novela sin
su presencia en mi cabeza. Él es el cura de mi novela. Mientras la escribía soñaba
con que alguien la llevara al cine con él como protagonista.
Su título, en
realidad, hace mención a la esperanza y a las segundas oportunidades, además de
recoger una de mis obsesiones desde pequeño: los trenes.
Podéis adquirir la
novela en librerías y en Amazon, tanto en papel como en ebook.