Si el hombre liga
mucho es un campeón.
Si la mujer liga mucho
es una puta.
Si el hombre propone
la primera cita es un campeón.
Si lo hace la mujer es
una puta.
Si el hombre viste con
ropa corta es un campeón, da igual su aspecto físico.
Si lo hace la mujer es
una puta, da igual su aspecto físico. Si no se la considera atractiva se le
añadirá algún descalificativo más.
Si el hombre asciende
en su trabajo es un campeón.
Si lo hace la mujer es
una puta.
Si el hombre se casa
por dinero es un campeón muy envidiado.
Si lo hace la mujer es
una puta muy despreciada.
Si el hombre tiene una
pareja más joven que él es un campeón muy envidiado.
Si la tiene la mujer
es una puta vieja.
Si el hombre baila
sensualmente en una discoteca es el puto amo.
Si lo hace la mujer es
una puta y punto.
Si un hombre espera
solo en una esquina por la noche, no es necesariamente un campeón, pero nadie
le juzga (y eso que lo más probable es que se trate de un traficante de drogas).
Si lo hace una mujer
es una puta.
Si el hombre le es
infiel a su pareja, se ha echado una canita al aire como todo buen campeón.
Si lo hace la mujer es
una puta.
Si el hombre deja a su
mujer, pues nada, a rehacer su vida como un campeón.
Si la mujer deja a su
hombre es una puta, generalmente acompañada por “de mierda”
Si el hombre ejerce la
prostitución es un gigoló.
Si lo hace la mujer es
una puta.
Si el hombre está solo
en un bar, es un campeón solo.
Si la mujer está sola
en un bar, puede que no sea una puta, pero seguro que está buscando rollo, la
muy puta.
Esto es España, esto
es el mundo occidental, que presume de democrático e igualitario.
Año 2017.
Mientras este código
social, propio, en general, de personas amargadas o profundamente acomplejadas
por su condición masculina, no desaparezca de nuestro cerebro moldeado durante
siglos para despreciar a la mujer, no habrá ni democracia ni igualdad, solo
hipocresía.
Un machista no nace;
un machista se hace. Un machista lo
hacemos.
Luego siempre aparece
alguien que se lamenta de lo mucho que le exige la sociedad por ser hombre. Sé
un ratito mujer, campeón, lo mismo te das cuenta de la diferencia y en vez de
quejarte ayudas a construir una sociedad mejor.
Ah, se
me olvidaba: no faltará quien piense, generalmente un hombre, que hay mujeres
que también piensan así de las mujeres. Yo le diré que claro que las hay, que
es un problema educacional que nos atañe a todos, y él sonreirá aliviado
pensando que el hombre no es el único responsable de esta lacra. Campeón, que
eres un campeón