¿De qué te sirvieron tus estudios?, ¿qué provecho sacaste de
todas esas lecturas con las que matabas los veranos? ¿Para qué te vanagloriaste
de tus matrículas de honor y no sé cuántos masters? ¿Qué te pesaron más, los años
o tu sueldo de catedrático? ¿Cómo no fuiste capaz de aplicar lo lógica más
aplastante y deducir que detrás de una pelota siempre aparece un niño? Tampoco
sirvió para nada que clavaras los frenos.
lunes, 29 de junio de 2015
viernes, 26 de junio de 2015
Don Armando (relato sobre la necesidad de la cultura)
Esa semana miraba don
Armando con preocupación el almanaque de su cocina.
Don Armando era un
amante de la cultura. Todos le admiraban precisamente por eso; lo consideraban
incluso una virtud, un don al que no todos habían tenido acceso y él sí. Su
elegancia en el vestir también era celebrada, siendo señalado siempre como el
perfecto caballero. Jubilado, viudo y sin hijos, don Armando había encontrado
en la cultura su refugio, al menos así lo interpretaban conocidos y
desconocidos. No podía ser de otra manera pues no había inauguración de un acto
cultural en el que no estuviera, en especial las pictóricas, fotográficas o
literarias, es decir, aquellas en las que el autor hablaba de su obra para
luego conversar animadamente mientras comían los aperitivos de la exposición. Ataviado
con su mejor traje, nunca dejaba escapar don Armando la ocasión de acercarse al
autor para comentarle su intervención y los artistas, siempre ávidos de
reconocimiento, se lo agradecían sinceros al tiempo que le invitaban a una copa
o a cenar, tal era la capacidad de relacionarse del jubilado.
Esa semana miraba don
Armando con preocupación el almanaque de su cocina. Ningún acto cultural
previsto, y era la última semana de mes. Fue a su dormitorio y guardó su mejor
traje, su único traje, su posesión más preciada. Lo miró como queriéndose
disculpar por la gravedad de las circunstancias y, aunque no abrió la boca, le
dijo con desasosiego: esta semana no sé cómo vamos a comer.
domingo, 21 de junio de 2015
Pequeña conversación
de terror surrealista; no obstante, basada en hechos reales.
Alumno: profe, ¿es
verdad que van a poner un impuesto al sol?
Profesor: No se llama
así, pero viene a significar lo mismo, sí.
Alumno: ¿Significa que
quien quiera poner placas solares ha de pagar un impuesto?
Profesor: sí, más o
menos es así.
Alumno: Y entonces,
¿todo lo que nos ha explicado usted sobre el calentamiento global, el ahorro
energético y las energías alternativas?
El profesor hace un
gesto, que espera no sea visible a sus pupilos, de contención de un sentimiento
que identifica como rabia por no poder usar la lógica en lo que es ilógico, por
no poder argumentar lo absurdo en su máxima expresión. Se plantea entonces, en
una fracción de segundo y para aliviar su rabia (o para despistarla), la
posibilidad de abrirle los ojos a su alumno y que salga definitivamente del
cascarón; se plantea si debe explicar a
la clase el poder inmenso de las empresas energéticas, la prepotencia e
intolerancia que a veces conllevan las mayorías absolutas, la importancia, aun
así, de votar para cambiar las cosas…En fin, que la fracción de segundo se
prolonga en exceso, la rabia no se ha dejado despistar y sabe que tiene que
contestar ya.
Profesor: pues ya ves.
Dice en un acto de contrición que la acerca al desmayo para, a
continuación, en otra fracción de
segundo, cambiar de tema con la habilidad que le proporciona la experiencia.
miércoles, 17 de junio de 2015
La odio y lo sabe, vaya si lo sabe. Odio todo lo que ella representa, la manera en que se hace notar, siempre por encima de los demás, la forma en que me sigue a todas partes aun sabiendo lo que la detesto, restregándome en la cara que la necesito, que dependo de ella. Qué altanera es, qué superior se siente retándome a que la abandone, a que le dé una patada y la tire a la basura. Sí, la odio con todas mis fuerzas. Odio a mi aspiradora.
domingo, 14 de junio de 2015
HONESTIDAD (relato)
Empezamos
este telediario conectando directamente con la localidad de….,donde se
encuentra nuestra compañera Sonia Hernández. Cuéntanos, ¿es cierto que el
ejército ha aislado a la población?
Sí,
compañeros, os confirmo la decisión que ha tomado hace apenas una hora el
ministro del interior. Es más, se ha dado la orden de disparar sobre cualquier
persona que salga del perímetro de seguridad, sea, mujer, niño, anciano,
adulto…
¿Se
sabe de algún infectado que haya podido traspasar ese perímetro?
Sí,
sospechamos que un infectado ha podido alejarse de la ciudad, pero no sabemos
si ha sido por despiste del afectado o por una distracción de los soldados. Un
momento, un momento, oigo disparos. Sí, compañeros, os confirmo que son
disparos. Veo, veo un hombre que sale de la arboleda. Oh, dios mío, está
corriendo hacia nosotros.
Hemos
visto, señores y señoras cómo el infectado ha sido abatido justo antes de
alcanzar a nuestra enviada especial. Vemos cómo llegan los cuerpos de élite del
ejército y cubren de inmediato al cadáver con un plástico. Se llevan a nuestra
compañera y el cámara, suponemos que para comprobar que no han sido alcanzados
por el virus. Por favor, no se acerquen a la localidad bajo ninguna
circunstancia; sabemos que el virus es muy agresivo.
Sí,
precisamente en este punto, vamos a hacer una recapitulación de lo sucedido
hasta ahora.
Hace
unos diez días, en la localidad de…. surgió un terrible brote de honestidad
tipo ab3v, altamente contagioso. Hasta donde se ha podido saber el agente transmisor
podría haber sido un profesor de filosofía retirado que pudo haber contagiado a
un grupo de alumnos de bachillerato en una charla sobre epistemología. Fuentes
no oficiales han asegurado que ninguno de los chavales se copió durante el
siguiente examen, por lo que la dirección del centro activó el protocolo para
estos casos.
Los
profesores quedaron perplejos al comprobar que los funcionarios encargados de
esta emergencia, no solo acudieron de inmediato al lugar de los hechos, sino
que esa misma mañana no habían empleado ni un minuto de más en su tiempo para
el desayuno.
En
las oficinas de la alcaldía ha corrido el rumor de que los administrativos no
han regresado del desayuno con las bolsas de la compra y de inmediato el pánico
se ha apoderado de todos. La situación se ha llegado a descontrolar hasta tal
punto que algunos guardias urbanos, antes de multar, han dado una segunda
oportunidad a los infractores de tráfico en faltas menores. Semejante
flexibilidad en la toma de decisiones no ha tardado en saberse en el ministerio,
mandando este desde la capital a un equipo de fuerzas especiales.
El
obispado ha enviado a un representante al comprobarse que el sacerdote de la
localidad ha casado a una pareja de homosexuales, aunque las fuerzas de
seguridad no le han permitido el paso. “Para ser honestos, dios nos quiere a
todos por igual”, ha declarado el sacerdote afectado por el brote.
Un
cocinero de reconocido prestigio, cuyo restaurante se encuentra en el epicentro
del brote, declaró, y citamos textualmente, “Honestamente, creo que puede haber
alguna comida mejor que la española”
Parece
ser que los primeros síntomas de la enfermedad se reconocen con facilidad pues
los afectados expresan sus opiniones empezando siempre con “honestamente” o
“para ser honestos”
Todos
los negocios han devuelto el cambio correctamente y los minusválidos han podido
aparcar en los sitios reservados para ellos.
En el juzgado los asuntos
pendientes se han resuelto todos en un día al confesar los implicados su
responsabilidad en los hechos que se les imputaban.
El
caso ha trascendido y la Unión Europea, además de mostrar su solidaridad ante
los terribles momentos por los que pasa el pueblo español, ha ofrecido su ayuda
para que semejante brote no cruce Los Pirineos.
Ayer
mismo, la Organización Mundial de la Salud, pidió disculpas en un comunicado
escueto por no haber previsto la situación.
En
nuestro país se han paralizado todas las actividades, incluido las deportivas,
a la espera de que el brote remita.
Atención,
parece que nuestra enviada nos pide paso. Parece que el virus no la ha tocado.
En
efecto, compañeros, por fortuna el ejército pudo abatir al infectado antes de
que pudiera dirigirme la palabra.
Vimos
que lo envolvían en un plástico.
Sí,
es un aislante. Después lo han introducido en una especie de ataúd de plomo y
hemos sabido que lo han trasladado a la incineradora. Y aquí viene lo peor,
compañeros. Parece que las desgracias no vienen solas: el alcalde de la
localidad ha dimitido al reconocer que puede haber personas más capacitadas que
él para ocupar ese cargo.
Vaya,
parece que la situación se está desbordando. Nos acusan con facilidad a los
medios informativos de alarmar a la población, pero ya han visto, señores y
señoras, que la gravedad del caso hace que les mantengamos informados por su
seguridad.
Atención,
nos llega una nota del ministerio. Parece ser que, dada la contundencia con la
que el brote ha entrado en la alcaldía, el ejército ha ordenado bombardear la
localidad.
Desde
la redacción de este telediario pensamos, honestamente, que es una decisión
equivocada. ¿Qué pasa?, ¿por qué me miráis todos así?
miércoles, 3 de junio de 2015
DOS NOVELAS A TENER EN CUENTA
Dos novelas a tener en cuenta. En “Los ojos del puente” nos
vamos a encontrar a Matías Fernández (Mat), un detective privado que tiene su
oficina en el edificio donde pasé mi infancia y primera juventud. Un tipo que
sabe lo que quiere y lo que no quiere. Un adicto al Jack Daniels con dominio
perfecto de la primera persona.
En “Ira Dei” conoceremos al inspector Galán, un tipo serio,
profesional, tranquilo y a Luis Ariosto, un hombre elegante lleno de recursos
que parece recién llegado de alguna novela de Oscar Wilde. Un tándem perfecto
al que acompañamos en la maravillosa disección que hace el autor de la ciudad
de la Laguna.
Altamente recomendables ambas lecturas.
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