EL PERIODO DE
PRUEBA
(relato extenso)
-El consejo de
administración ha decidido ascenderte; el puesto de director adjunto es tuyo.
Escuchar esas palabras de
boca del carrasposo y enigmático señor Mora provocó en Alberto una sensación
cercana al más puro y reconfortante éxtasis. Aunque sea una expresión muy
manida, viene que ni de perilla para explicar con pocas palabras su
satisfacción: fue como quitarse un enorme peso de encima. Sus hombros se
relajaron, volviendo a un estado casi olvidado para ellos; sus músculos faciales
recuperaron una posición arrinconada tiempo atrás, activándose para mover los
labios hacia la sonrisa. No es que no hubiera sonreído en años, es que nunca
dicho gesto había sido tan sincero, tan agradecido, y tan rotundo a la vez como
aquella mañana. Menuda sorpresa. Lo llevaba deseando una eternidad y aún así la
noticia le golpeó en el pecho.
-¿No dices nada?-le
preguntó el Señor Mora.
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