domingo, 13 de marzo de 2016

Llegué tarde a los videojuegos, como a casi todo, pero llegué. Aún recuerdo el día en que compré la play station, la uno, madre mía, no ha llovido ni nada, veintidós años. Mi primer juego fue Tomb Raider 2. Me resulta difícil explicar los bellos recuerdos y maravillosas sensaciones que me trae. Un día, eso no lo olvido en la vida, estaba especialmente trabado nada más empezar la parte de Venecia. No había forma de continuar. Entonces, por accidente, no sé qué tecla toqué (luego sí lo supe, claro) que Lara Croft saltó hacia una ventana, la rompió con el impacto y entró en un edificio, y yo con ella, sin interrupción, sin corte de plano. Quedé paralizado. Fue como mi bautismo definitivo con las nuevas tecnologías, como entrar en una cuarta dimensión. Larga vida a los videojuegos, lo digo con orgullo, que, junto con el cine y la literatura, tanto han contribuido a desarrollar mi creatividad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario